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El aceite de avión en el mundo Trans

A menudo escuchamos a personas transgénero decir “yo tengo silicona liquida en mi cuerpo y nunca he tenido problemas”. A ellos/as les decimos, “tienen suerte.” Los problemas con la silicona inyectada son múltiples y directamente proporcionales a la cantidad inyectada. Es menos probable que una pequeña cantidad inyectada en la cara cause complicaciones que grandes cantidades inyectadas en el pecho. Sin embargo cualquier inyección es potencialmente mortal. Uno se puede morir y hay quienes se han muerto por silicona inyectada.

La silicona industrial mata en silencio y con mucho dolor

Son por lo menos tres horas de intenso dolor cuando se lo introduce en el cuerpo humano con una jeringa para animal y, después, toda una vida de estar al filo de la muerte con una sustancia que ya no se puede extraer y que avanza como una culebra inquieta por los rincones internos del organismo.

Ese producto tiene un nombre: silicona industrial. La población travesti y transexual es la que más utiliza esta sustancia para fines estéticos: rellenar nalgas y formar pechos artificiales, a pesar del peligro de provocar efectos devastadores para la salud.

Su uso es clandestino y los daños que provoca son de conocimiento de quienes la aplican, así como de los que se dejan meter ese producto químico en el cuerpo

A la silicona industrial, también se la conoce como ‘aceite de avión’; se la utiliza en las turbinas de aeronaves como lubricante y refrigerante y para sellar partes de vehículos. Es decir, es un producto químico no apto para el cuerpo humano.

Hay que rematar con este dato: no es un producto orgánico y por lo tanto es incompatible con el organismohumano. Es por eso que, cuando es introducido bajo la piel, actúa como cuerpo extraño porque no es asimilable por el organismo.

El resultado es que produce horrorosos dolores y una inminente contaminación en el cuerpo, incluso puede causar la amputación de una pierna o de otros miembros.

En primer lugar se produce un efecto sicológico aplastante cuando la persona sabe que no se le puede extraer la silicona industrial, puesto que con el paso del tiempo se producen infiltraciones en diferentes partes del organismo.

Cuando los síntomas se manifiestan, por lo general la víctima ya no encuentra a quien le inyectó la silicona y recién acude a un médico para que le encuentre solución.
Se trata de una actividad clandestina, un acto canalla. Puede causar más que tumores. Tomemos como ejemplo el caso de que cuando alguien le echa querosén a un pedazo de carne. Ni lavando el alimento se lo podrá limpiar porque quedará impregnado.

Esta situación es algo peor que la muerte y lamentablemente es una práctica común en nuestra sociedad, se practica de manera clandestina y es un asesinato silencioso y que no tiene solución médica

Un tratamiento peligroso

-No se tienen en cuenta las patologías previas de la persona ni se realizan estudios antes de la intervención.

-La única “precaución” consiste en indicar el consumo de antibióticos durante algunos días.

-Después de colocar la anestesia, se inyecta el aceite, que por su consistencia espesa, es colocado con las agujas anchas que se usan para los animales.

-La cantidad depende “de lo que cada uno desee ponerse, que puede ser desde 1 litro hasta 6 o 7”. La forma es dada posteriormente con masajes.

-Cuando se aplica en el pecho, se coloca una especie de corpiño, que se fabrica en forma casera e impide el desplazamiento del aceite. Sin embargo, son muchos los casos en que el líquido se corre hacia distintos lugares del cuerpo.

-Con el tiempo puede terminar incluso en el abdomen, los brazos, el cuello, la espalda o los pulmones y las piernas.

-Estas aplicaciones se realizan en invierno porque se presume que el frío encapsula el aceite y ayuda a que se endurezca. Sin embargo, quienes conocen del tema aseguran que el aceite nunca termina de endurecerse sino que permanece líquido, provocando graves riesgos.

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