Su vida estaba vacía como sus testículos. Como su pecho sin pelo, su pubis sin bello y su rostro sin barba. Vacía como sus días yermos de eyaculaciones. Y, sobre todo, vacía porque su pene tenía el tamaño propio de un niño de 12 años.
Así que, más corto que perezoso, este paquistaní de 34 años se plantó en el Hospital de la Aga Khan University, en Karachi, donde le diagnosticaron hipogonadismo, como se denomina la incapacidad de producir suficiente testosterona.
La disfunción se puede desarrollar durante la etapa fetal, en cuyo caso los genitales masculinos pueden parecer una vagina o tener un aspecto ambiguo. Su caso, en cambio, tenía más pinta de haberse desatado durante la adolescencia, según informó el British Medal Journal Case Reports y recogió la web iflscience.
Después de nueve meses inyectándole hormonas su pene casi duplicó su tamaño pasando de los 5 a los 9,5 centímetros. No es gran cosa, pero su vida empezó a estar menos vacía.
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