Estilo de Vida

Sodomía gay: ¿por qué es diferente a la hetero?

Asociamos Sodoma y Gomorra con lo malo, con la perversión y no tanto con las enseñanzas religiosas. La sodomía es simplemente la penetración del pene en el ano, es una palabra rimbombante para hablar de sexo anal.

Ya hemos hablado en alguna que otra ocasión sobre las diferencias entre sexo gay y sexo hetero, pero hoy nos centramos en la sodomía gay y la sodomía heterosexual. A la hora de penetrar el hombre solo tiene dos orificios, por lo que en el sexo gay esas variantes son el sexo oral o el sexo anal, mientras que en el sexo heterosexual la mujer cuenta con un tercer agujero para el sexo vaginal. También podríamos decir que en el sexo heterosexual siempre está claro quién penetra a quién, a menos que el hombre sea un fan del pegging y le guste que la mujer se arme con un arnés y un pene enorme para ser él el penetrado. Cada vez se extiende más esta práctica entre los hombres heterosexuales dispuestos a explorar a fondo su sexualidad y a estimular su punto G.

Los hombres heteros y los gays tan activos que no se estimulan analmente ni con el pelo de una gamba no saben lo que se están perdiendo. En el sexo gay siempre hay que tener en cuenta las preferencias de cada miembro de la relación, aunque ya hemos visto que el sexo gay no es solo sexo anal y dos activos o dos pasivos pueden pasar un muy buen rato si saben cómo hacerlo. Reducir el sexo gay a la sodomía gay es, valga la redundancia, reduccionista.

En la sodomía hay que tener en cuenta que el ano no cuenta con lubricación natural, a diferencia de la vagina, por lo que es indispensable usar algún tipo de lubricante para facilitar la penetración y no producir daños en nuestras partes más íntimas. También es imprescindible para cualquier pareja que realice esta práctica la higiene, por razones evidentes, ya que todos sabemos cuál es el uso principal del ano en nuestros cuerpos.

El sexo anal o sodomía es la tercera práctica sexual más extendida del mundo. El origen de la sodomía gay se remonta más allá a las relaciones homosexuales, ya que existen figuras precolombinas del Perú que representan a parejas heterosexuales teniendo sexo anal. También cabe recordar que en la época grecorromana el sexo gay era muy común y no estaba mal visto, y los soldados se sodomizaban entre ellos y los esclavos eran penetrados por los miembros de las clases más altas. Haz el amor y también la guerra.

Se solía creer que la sodomía gay era la única existente, ¿pero no disfrutan las mujeres de la penetración anal? Varios estudios han demostrado que una de cada dos parejas heterosexuales han probado el sexo anal, pero solo una de cada diez lo practica de manera regular y lo disfruta. Queda claro que las parejas heterosexuales tienen curiosidad por probar la sodomía, aunque en general a la hora de la verdad opten por prácticas sexuales más convencionales. También contribuyen a esta popularidad limitada del sexo anal entre los heteros las mentiras extendida sobre la sodomía, como que el sexo anal duele (solo si no te relajas para disfrutarlo o eres muy impaciente o bruto), que es más difícil llegar al orgasmo en las mujeres con él, que el sexo anal es sucio y, sobre todo, que el sexo anal es inmoral. Haz con tu cuerpo lo que te apetezca.

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