Noticieros

Nacen trillizos que llevan el ADN de sus dos padres gais

Uno de los más curiosos casos de maternidad subrogada y primer caso en el mundo en el que nacen trillizos que son hijos biológicos de una pareja de hombres homosexuales. Se suma además la circunstancia de que dos de los bebés son gemelos idénticos. ¿Cómo es posible? Lo explicamos.

Una pareja de Sudáfrica, Christo y Theo Menelaou, recurrieron a la gestación subrogada para cumplir su sueño de ser padres. Ambos donaron esperma para fertilizar dos óvulos de la madre de alquiler, que dieron lugar al nacimiento de tres bebés.

A la madre subrogada se le implantaron dos óvulos fecundados cada uno de ellos por un espermatozoide de cada padre. Uno de ellos dio lugar a un bebé, un niño, con el ADN del padre Nro. 1 y la madre subrogada. El otro, se dividió en dos embriones dando lugar a dos gemelas idénticas con el ADN del padre Nro. 2 y la madre subrogada.

Los gemelos idénticos llevan la misma información genética, puesto que son el resultado de un sólo óvulo y un espermatozoide. Por eso son siempre del mismo sexo y aunque no son completamente iguales, sus semejanzas físicas suelen ser muy grandes.

Al enterarse con 10 semanas de que venían trillizos, los médicos aconsejaron a la pareja y a la madre sustituta que renunciaran a dos de los bebés para dar una mayor oportunidad de supervivencia al tercero, pero finalmente encontraron a un ginecólogo que accedió a ayudarles para “salvar” a los tres.
Cuando tuvo lugar el terrible atentado homófobo del club Pulse en Orlando, este terrorífico pastor del estado de Georgia no tuvo otra gran idea que tuitear lo siguiente:

«Me harta mucho todo lo que estoy viendo con esos homosexuales y no les veo como víctimas. Tienen lo que se merecen».

Por supuesto, se llevó las críticas del colectivo y de cualquier persona con dos dedos de frente, pero luego aseguró que se refería a un grupo de gays que le acosaban en su parroquia.

Y esta semana ha sido detenido por abusar sexualmente de menores y no solo una vez sino reiteradas veces. Los testigos le acusan de haber abusado de ellos en la propia iglesia, en un coche y hasta en la casa de una de las víctimas.

Como siempre, vemos que al final los que más tienen que callar son los que más chillan y más odio promueven. A ver si las autoridades entienden que la gente que vomita odio por las redes puede estar también cometiendo delitos en la vida real.

Publicidad

Deja un comentario